A principios de la década de 1960, José Di Silvestro, un ciudadano de ascendencia italiana, compra una serie de terrenos en las afueras del pueblo y en ellos construye grandes estanques que dedicaría a la cría de pejerreyes. La historia que gira alrededor de Di Silvestro se ha convertido en un mito ya que los grandes estanques (en su totalidad los estanques ocupan una manzana entera y tienen una profundidad de cinco metros) habrían sido ocupados, según mucho de los pobladores que habitaron esa época, no sólo por pejerreyes sino también por cocodrilos. Lo cierto es que la aventura duró poco, ya que debido a las condiciones del lugar, lo pejerreyes murieron al poco tiempo. Nada se sabe de la suerte que corrieron aquellos cocodrilos, lo cierto es que la gran empresa de este italiano se vio frustrada, por lo que varias familias del pueblo deciden comprar la manzana y fundar allí el Club Privado O.A.S.Y.S, un club de natación que por sus dimensiones se convierte en una de las piletas más grandes de Sudamérica.
Los detalles que giran en torno a qué fue lo que pasó con Di Silvestro siguen siendo escasos, ya que después de la venta, muchos afirman que éste volvió a Italia, y que fueron los habitantes del pueblo quienes además le pagaron el pasaje. El proyecto se propone tomar distintos soportes fotográficos para analizar tanto los cambios estéticos como las continuidades que es posible visibilizar sobre este lugar icónico para la identidad de un territorio, desde su fundación como criadero de pejerreyes, su paso por una pileta de tipo social hasta su actualidad como club privado. Por esto mismo, se trabaja con material perteneciente a distintos archivos, que van desde fotografías familiares a videos institucionales con el fin de indagar tanto el archivo visual como el soporte material utilizado en cada caso, por lo que el proyecto respeta ese eclecticismo de distintos tipos de imágenes, que responden a ciertas rupturas estéticas, operada tanto en la producción de imágenes como en el desarrollo de proyectos sociales