Clásicos, modernos, diversos: con BAphoto ya está en marcha la gran fiesta de la fotografía. Por Celina Chatruc

“¿Es o no es?”, se preguntaron. Inclinados sobre una fotografía, horas antes de la inauguración de BAphoto en La Rural, dos galeristas buscaban comprobar quién era aquel hombre de traje y corbata. Aparecía conversando en la calle Corrientes con Alberto Greco, mientras el célebre creador del Vivo Dito pegaba afiches con la frase “Alberto Greco: ¡Qué grande sos!” Daniel Maman y Marina Pellegrini no dudaron demasiado: sí, ese perfil inconfundible era el de Rómulo Macció, uno de los grandes maestros de la pintura argentina.

Aquel fugaz instante registrado por Sameer Makarius en 1961 demostró, más de cinco décadas después, que la historia nunca deja de sorprender. Lo hacen también los desnudos masculinos de Pepe Fernández, artista homenajeado por IRSA en esta edición de la feria, que revela el costado menos conocido del hombre que retrató a personajes de la cultura como Jorge Luis Borges, Julio Cortázar y Adolfo Bioy Casares. O una imagen de Roberta Bayley de 1976 en la que Andy Warhol posa con camisa leñadora, sin rastros de su habitual pose cool, en la flamante sección Fine Art Music Show.

Aldo Sessa es otro de los artistas a los que cuesta reconocer en las obras que exhiben Maman y Vasari. Meses después de haber mostrado en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires más de 700 imágenes de su archivo, invita a redescubrir sus trabajos más experimentales, realizados en la década de 1980.

Estos últimos fueron los que cautivaron a Victoria Noorthoorn, directora del Moderno, que volvió a detenerse frente a sus trabajos mientras recorría la feria para comprar piezas para el museo. Adquirió tres fotografías de Pepe Fernández, otra de Erica Bohm y una videoinstalación de Joaquín Aras gracias al fondo conformado por Diego Costa Peuser, Andrés Brun, Amalia Amoedo, Erica Roberts y Diego Radivoy. “Lo hicimos en apoyo a su gestión”, dijo orgulloso a LA NACION Costa Peuser, director de BAphoto y de la editorial Arte al Día.

Un gesto similar fue el que tuvo el empresario argentino Jorge Pérez, principal mecenas del Pérez Art Museum Miami, al realizar una de las primeras compras de BAphoto. Habitué de la feria Pinta, también impulsada por Costa Peuser en Miami, adquirió para su desarrolladora inmobiliaria Related una obra de la artista rosarina Lila Siegrist, de la serie Los monstruos de las Ocampo, en la galería Gabelich Contemporáneo.

También Alec Oxenford, presidente de arteBA, se mostró entusiasmado con la feria al participar del habitual almuerzo que Costa Peuser ofrece a galeristas y coleccionistas antes de la inauguración oficial. Llegó minutos después de haber participado en Puerto Madero del lanzamiento de la semana Art Basel Cities, que continuará hasta el 12 se septiembre con intervenciones públicas y actividades en galerías en toda la ciudad.

El mismo recorrido realizó Enrique Avogadro, ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, para cortar la cinta inaugural de BAphoto con Costa Peuser y Pablo Avelluto, en su nuevo rol de secretario de Estado de Cultura. No participó esta vez la primera dama, Juliana Awada, ausente con aviso porque acompañó a Mendoza al presidente Mauricio Macri.

Un viaje inverso desde el interior del país hizo la obra del artista rosarino Jesu Antuña, exhibida en la sección Fuera de foco. El hallazgo de unos negativos dio pie a una investigación centrada en una familia de inmigrantes que vivió en una casa de 1920, en una colonia de Santa Fe. No se conoce más de ellos que las siluetas que este joven filósofo imprimió sobre papel y azulejos de aquella la casa, con un proceso de revelado artesanal que hace que la imagen se siga transformando hasta que las figuran desaparezcan por completo.

“Antuña aporta luz a la ausencia de la memoria. Recompone figuras de individuos que no sabe quiénes son”, explica el curador español Alfredo Aracil, a cargo de la sección, que inspiró su selección de obras en una frase de Romeo y Julieta: “El mundo entero se enamorará de la noche y dejará de adorar al estridente sol”. Con la intención de “salirse del lugar común de lo que tiene que ser la fotografía”, abrió la puerta a distintos soportes para abarcar la música, el video y la instalación. Y permitir, de esta manera, que la historia vuelva para sorprendernos de múltiples maneras.