Proyecto desarrollado en conjunto con CasaRío, Franco Palacios y Carlos Gorard

El proyecto se centra en el humedal de la laguna El Carpincho (Junín, Provincia de Buenos Aires, Argentina) perteneciente a las lagunas encadenadas de la cuenca del Río Salado, que se origina en el sur de la Provincia de Santa Fe para desembocar en el estuario del Río de La Plata, a la altura de la Bahía de Samborombóm, en la Provincia de Buenos Aires. El sitio se encuadra dentro de los Humedales Pampeanos que son el hábitat de una gran variedad de especies de aves acuáticas. Los humedales son de gran importancia para la conservación y restauración del ambiente, tanto por el rol que poseen en la regulación hídrica, como por las múltiples funciones ecosistémicas que proveen, entre las que se destacan: retención de sedimentos y nutrientes, proveer de refugio y alimento a diversas especies de animales silvestres, atenuar temperaturas, evitar la erosión del suelo y amortiguar inundaciones. Además, este es el espacio de trabajo para un grupo de trabajadores de la economía popular, autodenominados totoreros, quienes recolectan la totora que crece anualmente en la laguna. La labor de estos trabajadores del humedal consiste en cortar, dejar secar la totora y armar atados con fibras naturales, que posteriormente serán trasladados a la localidad de San Pedro (Provincia de Buenos Aires) para su utilización en los viveros que caracterizan a esa región. La actividad desarrollada por estos trabajadores es estrictamente de recolección, tanto porque la totora se regenera sin necesidad de volver a cultivarla debido a su crecimiento rizomático, como por el hecho de que no cuentan con los conocimientos suficientes como para producir manufacturas que le otorguen un valor agregado a su trabajo. El presente proyecto pretende concebir a los totoreros como agentes fundamentales para la restauración y conservación de los humedales de las lagunas de Junín, así como proveer a estos trabajadores de los recursos necesarios para el desarrollo de productos manufacturados que le otorgue a su trabajo un valor agregado, por lo que se le dicta a la comunidad talleres de formación para la realización de cestería, así como del uso de la totora en la construcción de viviendas.